Primitive Shakers somos los hijos bastardos que Little Richard tuvo con los Ramones una noche loca de verano llena de sexo, humo y alcohol de la que nadie recuerda nada. Excepto nosotros, que sí nos acordamos de ellos y de los 50 y de sus derivaciones etílicas y distorsionadas. Cantamos, bailamos y gritamos a ritmo de un rocanrol que te mueve músculos del cuerpo que ni sabías que tenías, y a quien hable mal de los Sonics le haremos brujería con nuestras afiladas melodías.